EL TELÉGRAFO
Desde los primeros días de la experimentación con la electricidad
en el siglo XVII, se elaboraron varios sistemas extraños y
complicados para enviar mensajes por medio de hilos.
Los primeros equipos eléctricos para transmisión telegráfica fueron
inventados por el norteamericano Samuel F. B. Morse en 1837, y
en ese mismo año por el físico inglés sir Charles Wheatstone en
colaboración con el ingeniero sir William F. Cooke. El código
básico, llamado código Morse, transmitía mensajes mediante
impulsos eléctricos que circulaban por un único cable. El aparato
de Morse, que emitió el primer telegrama público el 24 de mayo en
1844 cuya línea iba de Washington a Baltimore en Estados
Unidos, tenía forma de conmutador eléctrico.
Mediante la presión de los dedos, permitía el paso de la corriente durante un lapso determinado y a
continuación la anulaba. El receptor Morse original disponía de un puntero controlado electromagnéticamente
que dibujaba trazos en una cinta de papel que giraba sobre un cilindro. Los trazos tenían una longitud
dependiente de la duración de la corriente eléctrica que circulaba por los cables del electroimán y presentaban
el aspecto de puntos y rayas.
Morse desarrollo su clave basándose en dos sonidos, uno corto llamado punto y otro largo (equivalente a tres
puntos) que llamó raya. Así, combinando puntos y rayas desarrolló todo el alfabeto, con números, sílabas y
signos de puntuación que permitieron la comunicación a distancia.
En el transcurso de los experimentos con dicho instrumento, Morse descubrió que
las señales sólo podían transmitirse correctamente a unos 32 km. Más allá las
señales se hacían demasiado débiles como para poder registrarlas. Morse y sus
colaboradores desarrollaron un aparato de relés que podía acoplarse a la línea
telegráfica a unos 32 km de la estación emisora de señales a fin de repetirlas
automáticamente y enviarlas a otros 32 km más allá. El relé estaba formado por un
conmutador accionado por un electroimán. El impulso que llegaba a la bobina del
imán hacía girar un armazón que cerraba un circuito independiente alimentado por
una batería. Este mecanismo lanzaba un impulso potente de corriente a la línea,
que a su vez accionaba otros relés hasta alcanzar el receptor. Algunos años
después de que Morse hubiera desarrollado su equipo receptor y lo hubiera
exhibido de forma satisfactoria, los operadores telegráficos descubrieron que
resultaba posible diferenciar entre los puntos y las rayas por el simple sonido,
cayendo en desuso el aparato de registro de Morse. Sin embargo, los demás
principios básicos del sistema Morse siguieron utilizándose en los circuitos de
telegrafía por hilo.
Dado que la telegrafía resultaba demasiado costosa para poder implantarla con carácter universal, se
desarrollaron diferentes métodos para enviar varios mensajes simultáneamente por una misma línea. En la
telegrafía dúplex, el primer avance de este tipo, se puede transmitir un mensaje simultáneo en ambas
direcciones entre dos estaciones. En la telegrafía cuádruplex, inventada en 1874 por Thomas Edison, se
transmitían dos mensajes simultáneamente en cada dirección. En 1915 se implantó la telegrafía múltiple que
permitía el envío simultáneo de ocho o más mensajes. Ésta y la aparición de las máquinas de teletipo, a
mediados de los años veinte, hizo que se fuera abandonando progresivamente el sistema telegráfico manual de
Morse de claves y que se sustituyera por métodos alámbricos e inalámbricos de transmisión por ondas.
en el siglo XVII, se elaboraron varios sistemas extraños y
complicados para enviar mensajes por medio de hilos.
Los primeros equipos eléctricos para transmisión telegráfica fueron
inventados por el norteamericano Samuel F. B. Morse en 1837, y
en ese mismo año por el físico inglés sir Charles Wheatstone en
colaboración con el ingeniero sir William F. Cooke. El código
básico, llamado código Morse, transmitía mensajes mediante
impulsos eléctricos que circulaban por un único cable. El aparato
de Morse, que emitió el primer telegrama público el 24 de mayo en
1844 cuya línea iba de Washington a Baltimore en Estados
Unidos, tenía forma de conmutador eléctrico.
Mediante la presión de los dedos, permitía el paso de la corriente durante un lapso determinado y a
continuación la anulaba. El receptor Morse original disponía de un puntero controlado electromagnéticamente
que dibujaba trazos en una cinta de papel que giraba sobre un cilindro. Los trazos tenían una longitud
dependiente de la duración de la corriente eléctrica que circulaba por los cables del electroimán y presentaban
el aspecto de puntos y rayas.
Morse desarrollo su clave basándose en dos sonidos, uno corto llamado punto y otro largo (equivalente a tres
puntos) que llamó raya. Así, combinando puntos y rayas desarrolló todo el alfabeto, con números, sílabas y
signos de puntuación que permitieron la comunicación a distancia.
En el transcurso de los experimentos con dicho instrumento, Morse descubrió que
las señales sólo podían transmitirse correctamente a unos 32 km. Más allá las
señales se hacían demasiado débiles como para poder registrarlas. Morse y sus
colaboradores desarrollaron un aparato de relés que podía acoplarse a la línea
telegráfica a unos 32 km de la estación emisora de señales a fin de repetirlas
automáticamente y enviarlas a otros 32 km más allá. El relé estaba formado por un
conmutador accionado por un electroimán. El impulso que llegaba a la bobina del
imán hacía girar un armazón que cerraba un circuito independiente alimentado por
una batería. Este mecanismo lanzaba un impulso potente de corriente a la línea,
que a su vez accionaba otros relés hasta alcanzar el receptor. Algunos años
después de que Morse hubiera desarrollado su equipo receptor y lo hubiera
exhibido de forma satisfactoria, los operadores telegráficos descubrieron que
resultaba posible diferenciar entre los puntos y las rayas por el simple sonido,
cayendo en desuso el aparato de registro de Morse. Sin embargo, los demás
principios básicos del sistema Morse siguieron utilizándose en los circuitos de
telegrafía por hilo.
Dado que la telegrafía resultaba demasiado costosa para poder implantarla con carácter universal, se
desarrollaron diferentes métodos para enviar varios mensajes simultáneamente por una misma línea. En la
telegrafía dúplex, el primer avance de este tipo, se puede transmitir un mensaje simultáneo en ambas
direcciones entre dos estaciones. En la telegrafía cuádruplex, inventada en 1874 por Thomas Edison, se
transmitían dos mensajes simultáneamente en cada dirección. En 1915 se implantó la telegrafía múltiple que
permitía el envío simultáneo de ocho o más mensajes. Ésta y la aparición de las máquinas de teletipo, a
mediados de los años veinte, hizo que se fuera abandonando progresivamente el sistema telegráfico manual de
Morse de claves y que se sustituyera por métodos alámbricos e inalámbricos de transmisión por ondas.
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